Nombre genérico de la planta que produce uva tanto para vino como consumo de mesa.
Rapidez con que crece la planta.
Parte aérea ”verde” de la planta.
Proceso en que las plantas utilizan la luz y el CO2 de la atmósfera para producir su propio alimento.
Luz solar que llega en línea recta a las hojas, sin ser interceptada previamente.
Luz que llega distribuida a las hojas, en múltiples direcciones.
Condición climática local, a nivel del viñedo o del racimo.
Mayor crecimiento en la punta (ápice) del brote en relación al resto de yemas.
Capacidad de producir racimos cercanas a la base del brote.
dejar un cargador (rama que proporcionará la fruta) con mayor número de yemas.
Los sistemas de conducción para vides son las estructuras que dan el soporte necesario a la planta que, naturalmente por ser una liana, requiere ser guiada en su crecimiento. Se utilizan diferentes sistemas en vides para vino y vides de mesa, pero en ambas circunstancias rigen aspectos agronómicos básicos que describiremos a continuación.
A nivel de la planta, los distintos sistemas de conducción generan diferentes condiciones de follaje, en cuanto a cantidad de hojas, distribución de la luz y microclima. Esto impacta su producción y calidad de fruta, y la presencia de plagas y enfermedades. Por otro lado, el sistema de conducción determina la forma de establecer el huerto, su rendimiento y facilidad de manejo, actuando sobre las siguientes variables:
Microclima en la plantación, el que influye en el desarrollo de plagas y enfermedades.
Cantidad de luz que llega a los racimos (difusa o directa). Esto impacta, por ejemplo, el color de la fruta.
Superficie foliar y cantidad de hojas expuestas a la luz, a mayor intercepción de luz mayor fotosíntesis y mayor producción.
Facilitación de manejos agrícolas. Favorecen la mecanización en uva para vino y la eficiencia de la mano de obra en uva de mesa.
Variedades con diferente adaptabilidad a los sistemas. Las de baja fertilidad basal requieren podas largas que dificultan el manejo en sistemas lineales.
Vigor de las plantas, el cual define el marco de plantación para un sistema. La producción potencial por planta varía, pero no siempre en el total por superficie.
El sistema de conducción busca optimizar el rendimiento y calidad de la fruta, a través de un adecuado balance entre la fotosíntesis, el control de la dominancia apical y la obtención de condiciones ambientales (principalmente de luz y temperatura) beneficiosas para la uniformidad, calidad y sanidad de la fruta.
Los sistemas de conducción se refieren al soporte de la planta, el cual puede ser desde sin soporte dejando que la vid se arrastre en superficie hasta estructuras de alta tecnología. En la mayoría de las situaciones los sistemas de conducción se componen de postes de madera o acero, ubicados según el marco de plantación, el que difiere entre vid para vino y uva de mesa; y alambre galvanizado que cumpla con las condiciones de operación y de carga. El número, tipo y disposición de los alambres varía según el sistema de conducción, y el sistema de formación ordenará la planta a través de la poda. La estructura debe soportar la carga frutal y el viento predominante del lugar, además de tener una vida útil de al menos 20 años.
Es un sistema libre, que respeta bastante el hábito de crecimiento de la planta. La plantación al no poseer mayor estructura de soporte, requiere baja inversión inicial, pero no permite una alta exigencia en producción ni calidad de la fruta. Este sistema no es apto para uva de mesa
Forma una canopia vertical, simple (espaldera), o de división vertical (Scott-Henry, Smart-Dyson) u horizontal (“T”, liras, “V”). Bajo costo de instalación, pero difícil manejo de calidad de fruta. La distribución de la luz mejora con división horizontal. La división vertical no muestra ventajas en vid de mesa.
Sistema horizontal (parrón español, pérgola italiana), con mayor área foliar que uno vertical, y mayor fotosíntesis potencial y rendimiento teórico. La fruta cuelga libremente y facilita la aplicación de productos, pero dificulta el trabajo de los operarios.
Estructura vertical, con división horizontal de la canopia (gable, “Y” y variaciones). El ángulo de abertura controla la dominancia apical y el vigor de la planta. Pierde superficie foliar expuesta al sol, pero facilita el acceso a la fruta para manejo manual.
Depende del objetivo (rendimiento, calidad de fruta, calibre, entre otros) del suelo y clima (para proyectar el vigor de las plantas, facilidad de instalación de la estructura y exposición a factores adversos) y aspectos culturales (por ejemplo, las capacidades de los operarios para realizar distintos manejos según el sistema de conducción). Cada sistema funcionará para una condición dada siempre y cuando se realice el manejo adecuado. El sistema productivo será en mayor o menor medida fácil de manejar según la conducción elegida, con costos de manejo asociados que deben ser considerados.
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